Un sin fin de posibilidades.
Como pudieron comprobar en la anterior entrada sobre este tema, EL CUENTO A TRAVÉS DEL OBJETO, cuento y objeto van de la mano en muchas de mis propuestas alrededor de las historias que comparto para público familiar. Por tanto, tengo mucho que contar aún sobre mis experimentos al respecto y su resultado final. El proceso es otro cantar como explico en EL HALLAZGO EN LOS PROCESOS DE CREACIÓN.
En muchas ocasiones me preguntan cómo lo hago y de dónde saco tanta creatividad. Siempre digo lo mismo: todos somos seres creativos que sueñan e imaginan. Así que no hay más que no desechar nada de lo imaginado, atreverse a transformar la idea en materia y no desistir; ya que el hallazgo es caprichoso y, la mayoría de las veces, no se logra a la primera.
Hoy comparto otros dos hallazgos más:
Cuento con paraguas
El paraguas en escena es un elemento mágico y poético. Su buen uso supone éxito seguro. Yo lo uso con frecuencia para convertirlo en un elemento dinámico (gira y brinca alrededor del público) y/o contenedor (es portador de adivinanzas o pistas que llevan a las historias). En el caso a compartir, el paraguas es elemento dinámico, contenedor y también un objeto capaz de transformarse, en esta ocasión, en un pájaro. Lo uso a modo de bastón que golpea contra el suelo en diferentes secuencias rítmicas, para acompañar el poema de Carlos Reviejo titulado “Picapicapinos” (“Versos del Bosque” de SM), que nos cuenta un día de trabajo de este pájaro carpintero en un árbol. Paraguas que al abrirse deja de ser pájaro y se convierte en árbol frondoso alrededor del cuál, juegan al corro los duendes. Después de girar con el juego de la rueda, el objeto vuelve a mutar para convertirse en el cielo que nos ampara en la noche oscura cubierto de luciérnagas. Este recurso comenzó siendo parte una sesión de Bebecuentos dedicada al bosque, aunque al comprobar su efecto hipnótico, decidí compartirlo para todos los públicos en el espectáculo “En el Bosque”, que protagonizo junto a Laura Escuela.
Cuento con mantel
En la descripción anterior, les hablaba del paraguas convertido en árbol alrededor del que juegan los duendes al corro, pues bien, esos duendes viven en las hojas de una rama. Evocando la ilustración de Jesús Gabán del poema “Los duendes del bosque”, del mismo libro de Reviejo (adoro a este poeta), creé diversos y peculiares objetos que manipulo mientras recito sus versos. Por un lado, ideé la rama del árbol que crece bordada en la superficie de una tela que uso como mantel. De la rama crecen hojas, que son refugio de los duendes que salen al exterior abriendo la cremallera que las divide en dos. Por otro lado, están los pequeños seres del bosque con cara de bebé y cuerpo vegetal cuyos gorros están imantados, al igual que la puntas del citado paraguas de las cuales cuelgan para jugar a la rueda. He de decir que este tipo de creaciones que conllevan costura, no serían posibles sin la labor de mi querida madre. Ella con la aguja y yo con la pistola de silicona hacemos un buen tandem.
Espero que hayan disfrutado la lectura y el visionado de estos inventos. Y ya saben, todos y todas somos seres creativos, sólo hay que atreverse a probar.
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